sábado, 6 de julio de 2019

¿Hacia dónde vamos?

Hace unos días nos ha bombardeado los medios de comunicación con la denuncia realizada por algunas organizaciones feministas a un camionero que ha pintado en las cabinas de su camiones un dibujo de una mujer desnuda.
Personalmente estoy más cerca de gustos sobrios, discretos y casi austeros, pero no puedo comprender esta especie de caza de brujas contra todo que pueda llevar la mínima impronta de machismo o simplemente de mal gusto. Una sociedad como la española que se liberó de la ortodoxia más rancia del catolicismo tradicional no puede caer ahora en otro parecido que parece que quieren imponer algunos sectores del feminismo.


Menos persecuciones hacia los hombres o mujeres que se decoran sus entornos con desnudos, sean masculinos o femeninos.  Quizás existan formas más bonitas para decorar los diferentes espacios, pero... no todos tenemos los mismos gustos (afortunadamente)


Imagen relacionadaImagen relacionadaSinceramente no me parece la forma más elegante para decorar un camión, pero también me cuesta entender que se intente perseguir judicialmente los  posibles chabacanos gustos del subsodicho camionero.
Recuerdo de niño los remilgados calendarios de los años 70 y como con el destape de la transición se produjo una explosión del uso del desnudo femenino en muchos ámbitos de la cultura, el ocio o la publicidad. No voy aplaudir ese uso y abuso de la figura femenina desnuda, ni tampoco de la masculina, que vemos como proliferan, muchas veces bajo el paraguas de una campaña solidaria, los calendarios con desnudos masculinos.
Pero, si  me obligan a elegir, prefiero una sociedad chabacana y de mal gusto que una sociedad fundamentalista del estilo de la Ginebra de Calvino donde te podía llevar a las mazmorras tomar un vaso de alcohol o contar un chiste.
¿Se deben prohibir los desnudos? ¿Se debe prohibir el erotismo? Goya pintó desnudos femeninos y Miguel Angel ya vemos y admiramos como esculpió desnudos principalmente masculinos. El desnudo también forma parte de la condición humana y los hay muy bellos y por qué no, también pueden ser eróticos y no por ello tiene que ser malo. Espero que esta tendencia actual no intente prohibir o criminalizar su contemplación.
Incluso considero que si me obligasen a elegir entre la libertad y el buen gusto, sin duda salvaría el primer valor. Seamos un poco sensatos, eduquemos el buen gusto, respetemos la libertad.