jueves, 5 de marzo de 2015

Paris, Texas

Esta película no se encuentra entre el selecto grupo de películas que recomiendo ver a todo espectador. Soy consciente que muchas personas buscan otros atractivos difíciles de encontrar en este largometraje. Sin embargo si que considero muy interesante su visualización y creo que proporciona al espectador una experiencia a los sentidos muy singular.
Tiene un comienzo desconcertante, como una de las mejores obras de Dalí. Las firmes y evocadoras imágenes del desierto del sur de Texas,  y como caído de otra película aparece deambulando un señor sin afeitar, vestido con un andrajoso traje y una chillona gorra de beisbol. Un contraste brutal; esos regios paisajes, propiedad absoluta del sol y la tierra, y este señor con mirada perdida bebiendo agua de una garrafa de plástico.  Y toda esta escena transcurre con la impactante banda sonora, que casi todos reconocemos porque luego fue utilizada durante años para presentar el programa Documentos TV en tve.
El resto de la película, aunque no quiero menospreciarla,  creo que no llega a brillar a la altura de este comienzo. En cualquier caso, resulta muy recomendable acercarse alguna vez a este cine, no tan comercial, con estos guiones agridulces, y que nos hacen experimentar sensaciones un poco atípicas.